viernes, mayo 2

Diamantes en bruto!

Por: NATANAEL PEREZ
SANTO DOMINGO. Ni David Ortiz, ni Sammy Sosa, ni Pedro Martínez, ni Miguel Tejada recibieron US$10 mil de bonos cuando fueron fichados en el país, por los equipos de las Grandes Ligas entre 1986 y 1993.
Eran tiempos donde los "scouts" tenían que recorrer miles de millas e internarse por semanas en comunidades apartadas en búsqueda de "diamantes en bruto".

Cuenta Omar Minaya en un perfil de 12 páginas que le hizo la revista Sports Illustrated que en 1985 tuvo que amanecer varias veces en montes debido a que el carburador de su viejo jeep falló varias veces en parajes donde se dificultaba encontrar un mecánico y su única protección eran los bates que llevaba para las prácticas.

El hoy gerente general de los Mets de Nueva York trabajó como "scout" de los Rangers de Texas y Sosa -firmado por US$3,500-, fue la joya que más brilló de sus excavaciones.

Pero la realidad de hoy es completamente diferente. Los tiempos de encontrar prospectos de calidad al azar y con bajos bonos es cosa del pasado.

El fichaje promedio de más de cinco centenares de jugadores en 2007 fue de US$65 mil y según se acerca el dos de julio (la fecha a partir de la cual aquellos jugadores que cumplen 16 años en 2008 pueden firmar) el valor de los principales prospectos se eleva como la cerveza agitada cuando cae al vaso.

"Para el "scouteo" tiene que estar con la cartera llena para poder competir, porque ya a los buenos jugadores se les detectan sus herramientas temprano, y los buenos jugadores hay que pagarlos y hay que pagarlos bien caro", dijo a DL Pablo Peguero, representante en el país de los Gigantes de San Francisco.

Peguero, quien firmó a Adrian Beltré por US$23 mil en 1995 para los Dodgers, tuvo que dar US$2.2 millones por Ángel Villalona en 2006. Dos horas más tarde de cerrar el pacto, varios equipos ofrecieron US$5 millones por el tercera base que la revista Baseball-America colocó en el puesto 26 entre los 100 prospectos de Ligas Menores en marzo.

Y este año parece que será más de un titular que se referirá al fichaje millonario de un adolescente.

Michael Inoa, un lanzador nativo de Puerto Plata que lanza sobre las 93 millas y mide 6'3, amenaza con superar los US$3.2 millones que recibió Wily Mo Peña en 1998 como el dominicano con el bono más alto en la historia.

"Aparecen algunos buenos muchachos que firman en US$20 mil, US$30 mil, US$40 mil, pero a los mejores hay que darle mucho, mucho dinero, millones", agregó Peguero.

Félix Féliz, a quien los Padres de San Diego nombraron en noviembre pasado como "scout" para recuperarse de años de frustraciones en la captación de talento criollo, fue enfático en señalar que, "cueste lo que cueste el pelotero, vamos a competir. El talento no tiene ni límite ni precio".

Tras años rentando estadios en diferentes comunidades de una forma tímida, las organizaciones de las Grandes Ligas se han decidido a establecer operaciones permanentes en el país con inversiones que en 2007 alcanzaron los US$85 millones.

Y aquellos jugadores que fichan por altas sumas de dinero reciben mayores oportunidades de desarrollo.

El negocio parece resultar a las organizaciones, si se compara con lo que tienen que invertir en el mercado norteamericano donde en 2007 el bono promedio que recibieron los jugadores seleccionados en la primera ronda del sorteo aficionado fue de US$1.4 millones.

"En un futuro no muy lejano, todas las organizaciones de las Grandes Ligas tendrán sus academias propias en la República Dominicana, porque esto es una fábrica de peloteros y un equipo sin peloteros dominicanos no gana un campeonato", dijo Ramón Peña, jefe de "scouts" de los Mets en el país.

La propagación de programas independientes ha creado una competencia desleal para los equipos, ya que los "buscones" reclutan a los jugadores hasta con 13 años.

Los equipos de Las Mayores no pueden tener ningún tipo de relación hasta que cumplen 16 años, por lo que las reglas del mercado la imponen los trabajadores independientes.

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