
Cuando, el 19 de febrero, los periodistas se precipitaron sobre la Calle 8 de Miami para recoger la reacción del exilio cubano a la renuncia de Fidel Castro a su cargo de presidente de la República encontraron el buen café de siempre en el Versailles, pero ninguna actividad política que reportar. Desde entonces, la situación no ha cambiado.
La populosa comunidad cubana de Florida y del resto de EE UU, siempre tan sensible a los acontecimientos en su país y tan ruidosa en sus reivindicaciones, recibe sin alterarse las noticias que llegan de la isla sobre promesas, nombramientos y posibles cambios.
La noticia en otros webs
Como dicen aquí, Miami es "el mayor éxito de la revolución cubana"
El exilio puede aportar su experiencia de una vida en libertad
Algunos han interpretado esa pasividad como una prueba de desmovilización de un exilio en el que los viejos dirigentes han desaparecido o se han visto sobrepasados por nuevas generaciones con criterios más templados. Ciertamente, el exilio quedó seriamente herido por el episodio del niño Elián; además, el paso del tiempo ha impregnado Miami de un tono de abatimiento y escepticismo
La noticia en otros webs
Como dicen aquí, Miami es "el mayor éxito de la revolución cubana"
El exilio puede aportar su experiencia de una vida en libertad
Algunos han interpretado esa pasividad como una prueba de desmovilización de un exilio en el que los viejos dirigentes han desaparecido o se han visto sobrepasados por nuevas generaciones con criterios más templados. Ciertamente, el exilio quedó seriamente herido por el episodio del niño Elián; además, el paso del tiempo ha impregnado Miami de un tono de abatimiento y escepticismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario