“ Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos. Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre, se llamaba Sara, la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.”
“ Me marché del pueblo dejando una novia. Muchos años después, al volver, me encontré una cuñada. Me quedé mirándola y, al ver lo que había hecho el tiempo con ella, me acerqué a mi hermano y le dije: ¡ Gracias¡. En aquella ocasión, mi hermano, acudió borracho a una fiesta del pueblo y sacó a bailar a una gorda vestida de negro, la que le dijo: No quiero bailar con usted por tres razones, porque usted está borracho, porque no sé bailar y porque soy ¡¡ el obispo¡¡¡.”
“ Me sorprendí cuando los periodistas corrieron a la casa de la madre de García Márquez, tras haber ganado éste el Nóbel. Todos estaban deseosos de conocer la opinión de la madre de Gabo, a lo que la señora les contestó: Yo no se nada de literatura, yo sólo sé que el Gabo tiene mucha memoria porque todo eso que escribió se lo contaron. Esto me recuerda al inefable Juan Rulfo, cuando las gentes le pedían, casi le reclamaban del porque no escribía, a lo que él respondió: No escribo porque la gente que me contaba las cosas, se murió.”
“ Me gusta volver a Roma, principalmente al Trastébere. Una tarde de otoño me encontré, en el Campo di Fiori con un señor al que todos quisimos mucho. Le estaba echando migas a las palomas. En aquella época el maestro tenía 88 años. Estaba allí, con su mujer. No me pude resistir; me acerqué y le dije: Es usted quíen yo creo ?. Me contestó. ¡Yo soy el que tú quieras!. Entonces le dije: ¡Es usted el maestro!. A lo que me respondió, el maestro es el que te puso a ti delante de mí, y a mí delante de ti, yo sólo soy Arthur Rubistéin.
“ Me gusta volver a México, allí, en San Cristóbal de las Casas acudí al templo donde oran los Chamulas y me quedé perplejo. Cambiaron las ofrendas. Ahora le llevan al templo huevos de gallina y Pepsi-Cola. ¡ Como si Dios no supiera que no hay nada como la Coca-Cola¡.
“ Un día me dijo Alberto Cortez: “ Facundo: vos sabés porque los argentinos hasta los cuarenta años somos engreídos, petulantes, soberbios. ¿ Sabes por qué?. ¡ Porque a partir de los cuarenta somos perfectos¡”. Y yo le dije: ¡ Gracias, Alberto¡
“ Me apasiona volver a Guadalajara. México es como mi casa. La Guadalajara de Arriola. Me encanta escuchar al maestro Juan José Arriola. Él me dijo un día: “ Nosotros, que somos buenas gentes, vamos a tener muchos hijos para que los malos no nos sigan ganando las elecciones.” Me gusta volver a la Guadalajara del Chente Fernández, que me dijo un día: “ Hay dos cosas que un buen charro debe tener; una buena vieja y una buena mula, eso sí, que la mula no sea muy vieja y que la vieja no sea muy mula.”
“ Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero en que le dijo: “ Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tu me hicieras el favor.” A lo que el zapatero le respondió: “ Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar.” Dios le dijo: “ Yo puedo darte todo aquello que tú necesites.” ¿ Tú podrías darme un millón de dólares para que yo fuera feliz?. Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas. A lo que el zapatero le respondió: “ Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar sólo”. Puedo darte, continuaba el Señor, cien millones de dólares a cambio de tus brazos. El zapatero, inquieto le dijo: “¿ Qué puedo hacer yo con cien millones de dólares si no voy a poder comer solo?.” El Señor le hizo la última tentativa al zapatero. Te voy a dar mil millones de dólares a cambio de tus ojos. El zapatero, asustado ante el mendigo le respondió: “ Qué hago yo con mil millones de dólares si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos.” El señor le dijo: “ Ah, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta”.
“ Mi hermano trabajaba en correos y un día le pidió dos horas de permiso a su jefe y éste se las negó. Mi hermano le dijo: “ Mire usted, es que voy a ser padre. El jefe le dijo, haber empezado por ahí. Tómese el tiempo que quiera y que le vaya bien. Como a las cinco horas regresaba mi hermano y el jefe le dijo: “ ¡Qué, niño o niña?. “ Que se yo, viejo, ahora hay que esperar nueve meses.”
“ Mi abuelo era un genio para los números. Pasábamos un día por un campo y me dijo; “ Ahí hay trescientas ochenta y cuatro vacas.”. Yo, estupefacto le pregunté: ¿ Cómo haces para saber tanto de números, para saber con exactitud el número total de vacas?. Muy sencillo: cuento el total de las patas y las divido por cuatro.
“ Un marinero le dijo a mi abuelo: “ Si me das cuatro hierros te construyo un barco.” Y mi abuelo le respondió: “ Si tú me das a tu hermana, te hago la tripulación.”
“ Mi hermano fue comunista hasta que el capitalismo le dio una oportunidad. Y es comprensible: el joven que no es socialista no tiene futuro y el adulto que no es conservador es que no tiene cabeza. Mi hermano decía que el dinero no hace la felicidad, pero la pobreza menos, así que decidió pasar esta desdicha que es la vida, con comodidad.”.
“ Mi sobrino escuchó a su padre que un día le dijo: “ Siéntate ahí que vamos hablar del sexo.” Mi sobrino, con doce años, se quedó mirando a su padre y le dijo: “ ¿Qué quieres que te explique, papá?”
“ Estábamos un día en Nueva York y, a la salida del teatro Lincon Center, se me acercó un periodista y me espetó: “ Señor CabraL. Yo estoy de acuerdo en todo lo que usted ha dicho esta noche, excepto en que Dios es siempre justo. Si Dios fuera siempre justo, usted debería tener tanto difusión, tanto éxito como Julio Iglesias.” A lo que yo le respondí: “ Claro que Dios es siempre justo. Julio Iglesias tiene más difusión, más éxito que yo puesto que necesita del dinero mucho más que yo para vivir. Yo, que necesito más libertad que Julio para vivir, por eso Dios me hizo más libre.”
“ América, Estados Unidos, es el único lugar del mundo donde uno puede ser un mal actor y un mal presidente, todo a la vez. Allí, en Estados Unidos, los negros se hacen boxeadores para poder pegarles a los blancos ¡¡ legalmente¡¡.
La gente es todo lo vieja que quiera ser. He visto algunas muchachas con 20 años y estar totalmente envejecidas, por el contrario, conozco a una muchachita con 83 años, Teresa de Calcuta, que nos enseña a vivir todos los días.”.
sábado, mayo 17
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